Una escuela pública no estará preparada para enseñar si sus profesores no están lo suficientemente motivados como para formar a personas trabajadoras, que luchen por un futuro mejor, avocando a la justicia, la libertad y al honor.
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El objetivo de una educación verdadera, se basa en formarnos como personas con sed de conocimiento, pureza, bondad, libertad de pensamiento e ímpetu para de alguna forma intentar paliar lo que no creemos justo.
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No puedes preparar a tus alumnos para que tengan un futuro prometedor, si ya no eres consciente de las posibilidades que nos brinda la vida, si no crees en los sueños, ilusiones y proyectos de los demás, y si te encuentras demasiado cansado para mostrar el camino de la verdad.
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Educar a un niño es una de las hazañas más grandes que existen en el mundo y la educación pública lo intenta con empeño, sin embargo, la ignorancia es parte de nuestro rumbo hacia el camino pues a través de ella nos equivocamos y de sus caídas también aprendemos.
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La educación pública es la base de igualdad para todos y el punto de unión ante cualquier democracia que se precie.
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Los objetivos de la escuela pública se basan en enseñar diversos conocimientos de historia, geografía, matemáticas, lengua y un sin fin de más materias, pero de nada sirve si los alumnos no ven el sentido que después tendrá en sus vidas, pues la enseñanza también se basa en aplicar dicha información, llevándola a la práctica.
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El hombre cuando se jacta de todo cuanto sabe, deja de ser sabio para convertirse en engreído, el maestro enseña todo lo que sabe a sus alumnos, no para presumir, sino para convertirlos en jóvenes promesas del mañana.
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La escuela pública enseña para que a pesar de las guerras, muertes y sucesos inhóspitos varios, sus alumnos salgan al mundo sin ningún temor. Y es que carecerá de piedras, pistolas o cañones, pero el arma más poderosa con la que cuenta son sus libros y manuales escritos.
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¿Qué se esperaría de nosotros sin un mundo en el que la educación y la enseñanza pública brillara por su ausencia? El porvenir está en las manos de su personal y de todos aquellos que enseñan por la paz y el conocimiento provechoso.