Frases de amor muy románticas


Resurge la mañana y el rocío,
resbala por mi piel, aliento frío.
Dormido en tu jardín,
la madrugada
rasga el débil velo de mis sueños
con el helado filo de tu espada.
Amor, me tienes,
amor, me matas.
Dulce flor que a mi mirada vuelves
los tiernos ojos de tu triste cara.
Yo sigo en tu jardín
soñando el cielo
y tú me lanzas los cuchillos
de la helada.

El fuego del amor me abrasa entero,
el dulzor de tu boca me enajena,
los ríos de tus manos van surcando
caminos en mi piel, humana arena.
Hay quienes temen el infierno
que llega tras los deleites de la gloria,
mas yo prefiero morir en el averno
con tal de que me alcances con tu antorcha.

Vuelve,
prometo ser quien tú me pidas.
No me abandones…
Si tú me faltas
se apagarán las luces de mi vida.
Un teatro vacío,
yo recito y nadie escucha.
Levanto el telón, represento, aplaudo
pues nadie me mira desde la penumbra.
Vuelve,
si tú me faltas
el teatro de mi vida se derrumba.

Me miras
cuando no te miro.
Sonríes,
si tienes que esquivarme en tu camino,
y bajas, sonrojándote, la cara.
¿No es hora, di, mi amor,
de que mis manos
conozcan la ternura de tus manos blancas?
¿No es hora de que tus livianos labios
respondan a los besos
que duermen en mi almohada?
Me miras, sonríes,
y sabes que eres la dueña de mi alma.

Sale el sol,
y tu dorada frente junto a mi hombro descansa.
Celebran los pájaros su dicha
en el jardín que rodea nuestra alegre casa.
Y como cada amanecer yo pido al cielo
que la eternidad nos descubra
cerca del jardín,
yaciendo en la misma cama.
Tú con tu dorada frente junto a mi hombro,
yo deseando que juntos alcancemos la última morada.

Cuando pasas,
y me miras sin que apenas tus ojos me iluminen,
me vuelvo loco.
Me marché y a la vuelta me han contado
que eres de otro.
Hay errores que uno paga toda la vida,
pues la pena queda clavada como una espina.

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