La envidia es un sentimiento corrupto que te corroe, es una mala enfermedad que te persigue en pro de acabar contigo, es como un mal bicho que te va comiendo el ánimo, la felicidad y las ansias de júbilo. No vivas bajo el mal augurio de su destino y haz que no pueda contigo.
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La envidia y el odio van juntos de la mano y esos turbios sentimientos te impiden mirar hacia delante sin mayor pretensión que la de ser feliz. No caigas en sus redes, vive la vida plácidamente y sin rencores y da gracias por todo cuanto posees.
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Suele pasar que las personas cuanto más tienen, más desean y cuánto más desean, más ignorancia padecen y menos vida tienen. ¿Por qué poseen envidia los ricos si son los que más tienen?
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La envidia es un sentimiento anhelo a la raza humana y se puede envidiar sin querer el mal ajeno. Sin embargo, hay veces que la envidia enturbia nuestra ánima cuando dura más que la propia felicidad de la persona a la que se envidia.
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La envidia no es sino síntoma de la desdicha del hombre, un mal que se propaga intensamente mientras te desgasta intensamente y precisamente el tiempo que dura no es sino un desperdicio de vida malgastado.
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El envidioso sufre de una enfermedad de tal calibre, que no solo no disfruta con lo que come sino que le indigesta ver lo que comen los demás.
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Si te preocupa lo que tienen los demás, jamás llegarás a lograr nada, si tienes envidia de la suerte que tiene tu vecino, no estarás receptivo y no la podrás obtener jamás.
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Puedes desear la magnífica posición o la buena fortuna de alguien, es algo normal anhelar lo que no se tiene, pero el camino que lleva al desprecio y al rencor es tortuoso y no lleva a ningún lado. Sé agradecido con lo que la vida te ha dado y alégrate por el bien del otro.
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Si padeces de envidia, serás incapaz de ser feliz. Son pocos los hombres con la personalidad y las agallas suficientes como para alegrarse del éxito acaecido a otro.